Impacto del trauma en las relaciones de pareja – versión corta

Para que el amor fluya en nuestras vidas es muy importante entender cómo experiencias traumáticas pueden determinar ciertas dinámicas y comportamientos en la relación de pareja, que en la mayoría de casos no nutre el vínculo. En este artículo te invito a que exploremos el tema y si te resuena dale play al episodio de podcast que creé especialmente para ello, ¡será como estar en una sesión en vivo conmigo!

Cada episodio es una invitación a la introspección y una autoevaluación guiada por +15 años de experiencia que me respaldan. ¿Comenzamos?

El tema del trauma y su impacto en las relaciones de pareja es un tema que está ganando cada vez más atención en el ámbito de la psicología y la salud emocional. Para entenderlo mejor, es crucial definir qué es el trauma.

No se trata simplemente de lo que nos sucedió, sino de cómo interpretamos y procesamos esos eventos. El Dr. Gabor Maté lo describe como la reacción interna ante lo que nos sucede, lo que incluye las heridas emocionales, los significados que asignamos a esos eventos y las creencias que construimos sobre nosotros mismos, el mundo y los demás. Esta perspectiva es fundamental porque nos permite comprender que, aunque el evento en sí no puede ser cambiado, la manera en que lo vivimos y lo integramos sí puede sanarse con el tiempo.

El impacto del trauma en nuestras relaciones de pareja es profundo y complejo. Actúa como un mecanismo de defensa que nos endurece y nos llena de corazas emocionales, dificultando nuestra capacidad para conectarnos de manera auténtica con nosotros mismos y con los demás. Este endurecimiento proviene del miedo y el dolor arraigados en nuestras experiencias pasadas, lo que nos lleva a reaccionar desde esas emociones y nos desconecta de nuestros sentimientos más profundos y de nuestro cuerpo.

Es importante reconocer que el impacto del trauma no es uniforme para todas las personas. Depende de varios factores, como la naturaleza del evento traumático, la vulnerabilidad previa de la persona y el contexto colectivo en el que se desarrolló el trauma. Además, el trauma puede manifestarse en diferentes niveles:

  • Somático, que se expresa como síntomas y enfermedades a través del cuerpo.
  • De personalidad, lo que se convierte en aquello que entendemos por «carácter».
  • Intergeneracional. Este último es especialmente relevante, ya que altera nuestra biología y se manifiesta en síntomas, emociones y patrones de comportamiento repetitivos que se transmiten de generación en generación en las familias.  Se genera como un carácter familiar, 'es que en mi familia somos así'.
«El trauma no deja que el amor o la energía fluya porque deja a la persona congelada en el tiempo y el espacio. Ante el peligro, mi cuerpo reacciona: huye, ataca o se queda congelado. Pero ante el evento traumático esas acciones quedaron inconclusas  y eso es lo que me trauma. El cuerpo se da cuenta que no pudo reaccionar y activa mecanismos de sobrevivencia para evitar volver a exponerse a un evento de amenaza vital como ese».
Ep 1 Sanando Lo Tóxico Del Amor #Podcast | Trauma, cuando el amor deja de fluir.
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Una perspectiva emocionante y esclarecedora sobre la transmisión del trauma entre generaciones viene de la epigenética. Este campo de estudio revela cómo el ambiente externo puede afectar la expresión de nuestros genes sin modificar nuestra secuencia de ADN, transmitiendo características emocionales y comportamentales a través de generaciones. Esta comprensión nos ofrece la esperanza de que el trauma puede ser sanado de manera consciente y deliberada.

Además de entender cómo el trauma afecta nuestras relaciones de pareja, es importante explorar las dinámicas específicas que pueden surgir como resultado del trauma.

Para las Constelaciones Familiares, la reacción al trauma, ya sea personal o intergeneracional, es la interrupción del flujo de la vida, y con esto último me refiero a la vitalidad, la sexualidad, el éxito, el amor, la salud, la pareja, el dinero, el disfrute, la abundancia, la prosperidad, todo.

Hay 4 maneras inconscientes de interrumpir el flujo de la vida (en esta versión corta del artículo solo las menciono pero si deseas profundizar más te invito a leer la versión extendida aquí), por ejemplo:

  • Estar fusionados con el padre/la madre.
  • Rechazar a uno de tus progenitores.
  • Tener un vínculo interrumpido con la madre.
  • Y la identificación con un miembro del sistema familiar que no son tus padres.

Estas dinámicas pueden perpetuar el ciclo del trauma, pero también ofrecen oportunidades para la sanación y el crecimiento personal. Desde la mirada sistémica, la relación con los padres es la más importante a la hora de sanar nuestra relación con el amor, la sexualidad y la vida en general porque ellos nos han transmitido lo único indispensable: la vida.

El flujo de la vida pasa a través de nuestros padres y llega hacia nosotros libremente. No hay nada que tengamos que hacer. Nuestro único trabajo es recibirlo (lo cual se dice fácil pero es trabajo de toda la vida lograr hacerlo).

La calidad del vínculo con nuestros padres, es decir si fue saludable, nutritivo, profundo, auténtico o todo lo contrario, es decir, si nos vincula el amor o el odio, el bien que me hiciste o que te hice, el daño que me hiciste o que te hice, va a determinar en gran medida la calidad y naturaleza de nuestros vínculos posteriores, los que establecemos en la vida adulta. En ese sentido, una madre o un padre que ha sufrido un trauma, traslada esa experiencia a su hijo de una forma u otra.

Pero la buena noticia es que todo esto se puede sanar, porque el trauma es un portal de transformación y gracias a ello vamos evolucionando cada uno de modo distinto, porque no hay persona sin trauma.

En resumen, abordar el trauma en nuestras relaciones de pareja implica un viaje profundo hacia la comprensión de uno mismo, la sanación de las heridas del pasado y la construcción de conexiones más auténticas y significativas con nuestros seres queridos.

Es un proceso que requiere valentía, compasión y compromiso, pero que puede llevar a una vida más plena y satisfactoria para nosotros y nuestras parejas, porque la idea es que siempre vayamos a más amor.

Leer aquí la versión extendida de este artículo.

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